Capítulo 127 ¿Quieres?
Ricardo accedió de buen grado a mis deseos. Poco a poco, trazó su dedo en la parte húmeda de mis bragas y yo gemí con lujuria, moviendo mis caderas hacia arriba y hacia abajo para apretar mi coño contra las yemas de sus dedos. Podía sentir que me mojaba más y más allí abajo. Estoy segura de que Ricardo también podía sentir mi humedad a través de mi ropa interior.
—¡R! Ah! —grité bastante fuerte cuando Ricardo introdujo de repente dos de sus gruesos y largos dedos en mi ansioso agujero.
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