Capítulo 26 Cruzar la línea

—Ah... Ah... porque... somos... ah... tú eres... mi padrastro —terminé por fin mi frase entre todos mis gemidos y jadeos. «Luciano es mi padrastro, aunque me gustaría que no lo fuera». —Entonces, si dejo de ser tu padrastro; ¿no habría ningún problema? —preguntó Luciano. Me quedé sin palabras, no sabía en ese momento lo que quería. «Si dejaba de ser mi padrastro, ¿qué significaría eso? ¿Podríamos seguir viviendo juntos como siempre? ¿Lo volvería a ver?»