Capítulo 24 Su trato

Embarcamos en el crucero en el que navegaremos para pescar y relajarnos durante el fin de semana. El crucero pertenecía a nuestra familia por lo que no era la primera vez que estaba aquí con Luciano y Ezequiel. Primero a nuestras habitaciones. Gracias a Dios el crucero era lujoso, enorme y tenía suficientes habitaciones para todos. Ser rico tiene su ventaja esta vez, pensé, de lo contrario seguro compartiría habitación con Angela. Si ese fuera el caso, preferiría dormir al aire libre... Después de refrescarme y ponerme el bikini blanco me dirigí a la cubierta donde Luciano y Ezequiel estaban ocupados preparando nuestro almuerzo de barbacoa. En este crucero había camareras, pero suponía que Ezequiel y Luciano querían vivir la experiencia de cocinar ellos mismos nuestro almuerzo.