Capítulo 86 Su chica
A la mañana siguiente, me dolía mucho la cabeza porque no podía dormir. Seguía rebobinando el recuerdo y la sensación de los besos de Ezequiel en mi cabeza. Hacía que se me apretara el pecho, se me aceleraran los latidos del corazón y sintiera calor en el cuerpo. No sé cuándo empezó, pero él se convirtió en algo muy importante para mí.
Llevaba toda la mañana mirando mi teléfono, pero el mensaje de texto no llegó. Fui a la escuela y me sorprendió la falta de atención que me mostraron mis compañeros. Era como si no supieran cómo reaccionar ya que no me habían visto en clase durante tanto tiempo. Ya era la hora del almuerzo, pero todavía no había ningún mensaje de Ezequiel.
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