Capítulo 45 El ojo de la tormenta
«Ricardo sigue durmiendo y me cuesta resistir el impulso de alargar la mano para tocar su maravilloso y único pelo rojo».
Al ver su rostro quieto y de cerca me di cuenta de lo guapo que era. Sus pestañas eran de color castaño, un poco más claras y no tan rojas en comparación con su pelo, y largas. Su nariz y sus labios también tenían una forma muy bonita. Le daban un aspecto muy varonil y le hacían parecer adorablemente atractivo. Parecía estar en un sueño profundo, así que supongo que no se despertará si...
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