Capítulo 207 Piedra blanca
Aquella piedra blanca era tan grande como un puño y tenía el mismo aspecto que una piedra normal y corriente de río. La única diferencia que podía observarse era la leyenda «pax tecum» que significaba «la paz esté contigo». La inscripción se veía tosca y mediocre, por lo que era evidente que se había grabado a mano. Las piedras como esa estaban esparcidas por todas partes, por lo que no era de extrañar que el propietario no lo pusiera a la venta antes. Alex la tomó y, de repente, le empezó a hervir la sangre. Acababa de percibir una extraña fuerza que emanaba de la piedra. No era una fuerza ordinaria, poseía un poder y una magnitud extraña que le atraían de forma inexplicable. De inmediato, la reconoció como el Maná descrito en los Pergaminos de los Nueve Cielos.
Según los Pergaminos de los Nueve Cielos, el Maná era una energía misteriosa y desaparecida que podía transformar el cuerpo para entrenar y lograr hazañas increíbles. Alex estaba encantado, pero su expresión permaneció tranquila mientras sostuvo la piedra durante un rato, luego la devolvió a la lámina de plástico con discreción. Tomó otro brazalete de oro y preguntó:
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