Los dos se acercaron con cautela a un árbol a unos diez metros de la puerta de la mansión. Si avanzaban más, solo les esperaba un tramo de tierra desnuda. No tendrían un lugar para esconderse y realizar un ataque encubierto.
Dos hombres completamente armados custodiaban la puerta con ametralladoras AK en sus manos. Esas armas eran mucho más letales que la pistola en la mano de Elisa.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread