Capítulo 825 Haciendo el ridículo
Las cejas de Su Zhe se fruncieron y su boca se movió sin parar. Estaba seguro de que esta mujer vulgar y sin gusto debía ser una prostituta. Desprendía un fuerte sentido de vulgaridad por todo su cuerpo. Después de calmarse un poco, captó el punto clave en sus palabras y dijo fríamente: "Acabas de decir que cuando llegaste, éramos cuatro. ¿Dónde se fue la otra persona?"
Impaciente, la mujer volvió a rodar los ojos, "¿A dónde más podría ir? Lo desperté y lo metí en un taxi. Ese tipo no tenía dinero encima, ¡así que gasté más de cincuenta dólares en el viaje! Oye, ustedes están con él, ¿verdad? ¡Devuélvanme el dinero del taxi rápidamente!"
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