Capítulo 186 Debe estar hambriento
Después de esperar mucho tiempo, Bernardo finalmente regresó. Al principio, había llevado a un par de hombres con él. Sin embargo, viajar en un grupo grande era demasiado llamativo. Por ello, Bernardo les encargó que recorrieran la ciudad y le informaran si veían algo sospechoso.
—¡El señor Castro ha vuelto! —exclamó Francisco con alegría al notar los brillantes faros del coche a través de la ventana.
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