Capítulo 1545 ¿Quién dijo que no iba?
Micaela se encontró con los brillantes ojos de la niña, su sonrisa radiante. Girando su falda, dio vueltas frente a su hija. "¿Realmente me veo hermosa?"
Los ojos de Andrea eran tan cautivadores como lunas crecientes, y con una sonrisa radiante, ella elogió, "Mamá, eres verdaderamente hermosa. No solo eres naturalmente hermosa, sino que tu atuendo también es impresionante. ¡Estoy segura de que encantarías a toda una multitud de hombres guapos cuando salgas!"
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