Capítulo 131 Estás mintiendo
—Hay que tener seguridad, no sólo cuidado —dijo Bautista en tono amargo.
Micaela sonrió. No entendía por qué Bautista se enfadaba por este asunto. Al ver cómo se frotaba la nariz, su expresión severa se suavizó. Le apartó con suavidad la mano y examinó la nariz ligeramente roja. Frunciendo el ceño, la tomó de la mano y la llevó al salón.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread