—¿No te diviertes mucho en la escuela? ¿Vas a quedarte solo en casa mientras tus hermanos van a la escuela? —le dijo Micaela a Andrea con exasperación.
—No. Ellos no tienen que ir a la escuela. Nos quedaremos en casa y jugaremos. —Andrea negó con la cabeza mientras respondía, con los ojos aun cerrados.
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