Bautista se dio la vuelta y volvió a su asiento. Por otro lado, Micaela sintió que su corazón se aceleraba dentro de su pecho. Se dio unas palmaditas en el pecho para calmarse por su repentina advertencia.
«¿Podría ser que se enterara de ello? ¡Eso es imposible! Ni siquiera Francisco sabía que yo era su madre biológica. Bautista reaccionaría de manera diferente si supiera que soy la madre de Francisco».
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