Capítulo 1465 Siempre me ha guardado rencor
Antes de que Enzo pudiera esperar a que los niños le abrieran la puerta, apareció el repartidor.
El repartidor echó un vistazo a la multitud reunida en la puerta. Todos eran altos y corpulentos, con rostros pétreos, parecían cobradores de deudas. Un escalofrío le recorrió la espalda. Después de comprobar varias veces la dirección y confirmar que estaba en el piso correcto, avanzó y golpeó la puerta.
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