Capítulo 229 Firmar un acuerdo injusto
—¿No haces el desayuno para nuestros hijos todos los días? ¿Cuál es la diferencia? —espetó.
Micaela apretó los dientes. «Es cierto, pero ¿no tiene a sus sirvientes para que le cocinen? Además, ¡las habilidades culinarias de Luis son mucho mejores que las mías! ¡Definitivamente, este tipo lo está haciendo a propósito!»
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