Capítulo 130 El Dragón Blanco
Sebastián se lanzó velozmente por el aire, liberando su Vitalidad de Dragón. La mayoría de las bestias demoníacas temían por instinto la Presión Dracónica. La pequeña ardilla blanca lo sintió, congelándose por un instante antes de chocar cómicamente con el tronco de un árbol.
Al momento en que Sebastián estaba a punto de golpear a la ardilla, una ráfaga de luz blanca la envolvió y desapareció tan rápidamente como había surgido. En su lugar apareció una niña vestida de blanco, quien se abrazaba la cabeza con sus manos y mostraba signos de aflicción, evidenciados por sus labios fruncidos y los ojos llenos de lágrimas. La apariencia de la niña era notablemente lamentable.
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