Capítulo 35
Allí estaba, parado justo frente a mí, con su mirada puesta en mis ojos, su expresión era seria, siempre me costaba leer sus expresiones. Su brazo estaba apoyado en el marco de la puerta, esperando. Su mirada era la misma de siempre, un poco oscura. Pensar que es un lobo, un hombre lobo, Dios mío, intenté cerrar la puerta pero él, como si nada, la detuvo.
—Debemos hablar, —dijo con voz dura.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread