Capítulo 299 Su hija sigue viva
Lin Zi llevaba una gorra, una enorme bufanda y una máscara que le cubría el rostro. Incluso sus ojos estaban ocultos tras las gafas de sol. Nadie habría pensado que aquella mujer del grueso abrigo era la famosa de aspecto delgado y sonrisa dulce. Se había cubierto bien.
Lin Zi se dirigió al salón privada acordada y entró rápido. En la habitación había un hombre alto y delgado de unos treinta años esperándola. Tenía un enorme y grueso bigote. Se diría que se parecía al Dios de la Peste que se utilizaba para ahuyentar a los espíritus malignos durante el Año Nuevo. Tenía un aspecto aterrador, pero sus ojos tenían un brillo agudo, lo que mostraba que no era un hombre corriente. Lin Zi se sentó. No podía esperar más y preguntó:
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