Capítulo 260 Su corazón se detuvo
Se hacía tarde cuando Mu Chenjue regresó a casa. En el momento en que abrió la puerta de su habitación, observó la tranquila escena, en la que Ruan Cheng y los dos niños dormían muy profundo. Los niños estaban bien envueltos en la colcha. Ruan Cheng llevaba un pijama de seda, con sus brazos, finos y hermosos, expuestos al aire. La piel de su rostro, suave como la de un bebé, parecía tierna al tacto.
Sin poder resistirse, Mu Chenjue la pellizcó en el rostro y la despertó. Ruan Cheng se despertó aturdida. Su semblante medio despierto parecía al de un ciervo puro e inocente. Al ver que parecía inocente y a la vez un poco seductora, Mu Chenjue se encontró excitado.
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