El tío abuelo se dirigió hacia la sala de estar con las manos detrás de la espalda. La tía abuela sostuvo sus lentes para leer al mismo tiempo que se inclinaba para regar las flores que se encontraban junto al alféizar de la ventana.
En la sala de estar había un armario antiguo. Estaba pintado de rojo con una gran peonia en el frente y cada hoja la habían hecho con tal cuidado que parecían reales. El tío abuelo abrió las puertas del armario; en su interior había una pila de periódicos. Él tenía la costumbre de guardar periódicos viejos. Encima de estos había un grueso álbum de fotos.
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