Capítulo 685 Angustia
Los párpados de Sofía se sentían tan pesados como mil libras de plomo, ¡pero los abrió con su indomable fuerza de voluntad! Lo que la saludó fue la visión de un hombre que la amaba hasta la médula, pero que parecía por completo desaliñado, un estado que nunca había visto.
—Tiago, ¿qué te pasó? —preguntó desconcertada.
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