Capítulo 117 Su inmadurez
Tiago se subió al auto, pero no se fue de inmediato. En cambio, sacó un cigarrillo del paquete, lo encendió y le dio caladas en intervalos.
Marcos continuó llamándole a Sofía, pero ella seguía sin contestarle y en el siguiente intento, se dio cuenta de que lo había bloqueado. El hombre sonrió con tristeza. «Es igual que siempre, nunca deja lugar para la piedad».
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