Capítulo 303 Cosas traviesas
—Ya está bien. ¿Por qué un adulto como tú discute con dos jovencitas? Aún no hemos salido del trabajo, ¿por qué tanta prisa? —intervino otra empleada, poniendo fin a la discusión. De hecho, sabía que Sofía e Isabella no llegaban tarde. Por tanto, su colega no tenía por qué ponerles las cosas difíciles.
Isabella arrugó el ceño y no se molestó en atender a la maleducada empleada. Esta última podía enfurruñarse sola en un rincón si estaba molesta. De todos modos, su enfado no afectaría a Isabella ni a Sofía.
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