Capítulo 199 Suplica perdón

—Dejen de perder el tiempo hablando estup*deces. Déjenme ir ahora mismo, de lo contrario, ajustaré cuentas con ustedes más tarde —bramó Clemente. «¡M*ldición! Casi me muero de hambre. ¡Es insoportable!»—. Escúchenme bien, saben quién me dio esta orden, ¿verdad? Si aún desean seguir ganando fama y gloria en la industria del entretenimiento, deberían practicar la autodisciplina de ahora en más. No intenten ser graciosos ni estén en contra de la voluntad de la gerencia —se burló. El hombre seguro de sí mismo estaba convencido de que no había nadie en Jujuy que pudiera ponerle un dedo encima. «¡Ja! Ni siquiera la policía puede hacerlo, mucho menos una banda miserable. ¡Buf! ¿Qué creen que pueden hacerme? Nada, ¿por qué no me liberan de una vez?».