Capítulo 132 La conspiración de Willow
El chofer se quedó en la boca del callejón, escuchando los gritos con total indiferencia, como si hubiera sido testigo de tales escenas cientos de veces antes. Encendió un cigarrillo y fumó en silencio. Cuando terminó, los gritos habían cesado. El capitán de seguridad salió y encontró al chofer todavía de pie, inmóvil.
«Gracias a Dios que no intenté nada».
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