Capítulo 525 ¡Me has dado un susto de muerte!

El corazón de Freya latió con fuerza al darse cuenta de que los tres asesinos eran meros fantasmas, una distracción. El verdadero peligro acechaba detrás de ella. Al girarse, sus ojos se posaron en Robin, bañado por la luz de la luna, y una oleada de admiración la inundó. «¡Este es el héroe con el que siempre he soñado!» Estaba asombrada por la serena fuerza y la gracia sin esfuerzo de Robin. Talía le dio un codazo, sacando a Freya de su aturdida ensoñación. Las dos se colocaron espalda con espalda, defendiéndose de los asesinos de élite que cargaban desde todas direcciones. Esta formación estratégica les permitió luchar con renovada concentración. Aunque todavía algo frenéticas, sus ataques y defensas estaban ahora coordinados y ordenados. Esto frustró a los astutos asesinos, que se esforzaron por encontrar un hueco para matarlos.