Capítulo 187 El señor Gill ya se me ha declarado
Vera estaba al teléfono cuando, al advertir la situación, hizo un gesto apresurado de disculpa al equipo directivo de Dickers y le indicó a Alice que tomara asiento.
—Deja ya el teatro. Lo haces parecer tan convincente —espetó Alice. Tras un instante de desconcierto, esbozó una sonrisa burlona y, lanzando miradas despectivas a los ejecutivos de Dickers, le arrebató el teléfono a Vera.
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