Capítulo 136 El llanto persistente por sus padres

Al salir al balcón, Elías se percató de que su entorno se componía únicamente de montañas y árboles. Frunció el ceño y pensó: «No es el confinamiento de un infante; ¡parece más bien el encierro de un villano!». Tras permanecer un momento en el balcón, comenzó a sentirse indispuesto, pero se obligó a resistir para continuar observando otras áreas. Durante los últimos días de su reclusión, había estado en constante búsqueda de una oportunidad para escapar. Sin embargo, el sistema de seguridad resultaba demasiado estricto. Aunque lograra evadir a los guardias, su cuerpo frágil y enfermizo no le permitiría recorrer ni un kilómetro sin desfallecer o, peor aún, perder la vida.