Capítulo 127 Sus palabras no son de fiar
Zacarías pensó que ella podría haber pasado por alto un punto, así que extendió la mano, con la intención de ayudarla. Cuando Cecilia vio su mano extendida, pensó instintivamente que iba a golpearla y la esquivó por reflejo. Como resultado, la crema acabó en el dorso de la mano de Zacarías.
—Lo siento —dijo Cecilia levantándose—. Ahora mismo me voy.
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