Capítulo 215 No te pongas así, tengo miedo
—¡Justo, no digas más esas cosas! ¿Qué más quieres? ¡Meli ya se ha puesto de rodillas y te ha pedido perdón! —Mi madre empezó a sollozar—. Durante los últimos cinco años, he estado pensando en mi Meli todo el día y toda la noche, preocupándome mucho de que pudiera ser agraviada o intimidada por otros. Hubo muchas noches en las que no pude dormir. Ahora que ha vuelto y está dispuesta a admitir sus errores, deberías perdonarla. Es nuestra única hija y nuestra sangre corre por ella. No puedes alejarla de nuevo.
—Mamá, todo es culpa mía. Les he roto el corazón a los dos y me he comportado como una idiota. Esta vez no me iré, no importa cómo me regañes. Me quedaré contigo. —Al oír lo que dije, mi padre también derramó lágrimas.
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