Capítulo 127 ¿Cuál es la diferencia?
Levantando la cabeza, me quedé mirando las heridas de la cara de Mateo, causadas por mis arañazos. Su rostro, que en un principio era apuesto, ahora tenía un aspecto bastante horrible. Nunca me había imaginado así de psicótico cuando perdí la cabeza. Reprimiendo mi asco, extendí la mano para tocar su cara.
—Cariño, yo... estaba furiosa hace un momento. No quería arañarte. ¿Te duele?
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread