Capítulo 27 Astucia
Entonces, fue Mateo quien entró. Su expresión se tornó patética al ver la comida y los fragmentos de vidrio esparcidos por el suelo, así como mi patético estado, cubierta de comida.
—Belén, por favor, limpia el suelo. Cariño, estás toda sucia, ¿por qué no vamos a cambiarnos?
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