Capítulo 208 Fingir
Un joven que llevaba un traje recién planchado y varios brazaletes en ambas muñecas se dirigía hacia ellos a grandes zancadas. Era plena luz del día, pero usaba unas gafas de sol retro con montura dorada y redonda, muy populares en los años noventa. Eso le hacía parecer ostentoso y elegante a la vez. Detrás de él caminaban cinco guardaespaldas. En comparación con su elegante comportamiento, esos fornidos hombres tenían un aspecto feroz. La multitud se apresuró a abrirles paso.
—¡Oh, Señor Jiménez!
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