Capítulo 28 Alex y su poderoso estatus

Por decirlo de otra forma, Oscar estaba montando un acto muy elaborado. Había hecho una jugada muy inteligente. Había dejado de lado su dignidad para salvar a Roberto. Al hacerlo, se había ganado su respeto y de los demás pandilleros, que a partir de ese momento lo verían con una mezcla de asombro y gratitud. Si Oscar lograba salvar sus vidas, su lealtad hacia él se multiplicaría por diez. En el futuro, no tendría ningún problema en obligarlos a hacer lo que él quisiera. Alex había reconocido ese truco de inmediato. Cuando era un adolescente, era mucho más hábil en comprar el apoyo de los demás, más de lo que Oscar jamás sería. Lo miró. La decisión era suya. Podría haber dejado de lado su orgullo y arrodillarse para pedir perdón, pero si Pablo se negaba a perdonarle la vida a Roberto y a los mafiosos, que así fuera. Desde luego, Alex no iba a intervenir y dejar que Pablo se saliera con la suya. Sin embargo, se quedó helado.