Capítulo 110 Una apuesta
La voz despectiva de Camila se dirigió hacia ellos al salir del restaurante. Es imposible que Alex pueda comprar un R8. ¡El presidente debe de haberlo comprado hace poco!
—Maldita sea, ¿qué tan desvergonzado puede ser? Todo el mundo sabe que vive de su mujer. ¿Qué hay que fingir? ¿Cómo puede conducir el auto de su presidente y actuar como si fuera suyo?
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