Capítulo 217 ¿Eres en realidad una Fuentes?
El comedor estaba tan silencioso que se podía oír la caída de un alfiler. El beso de Catalina fue demasiado repentino. Tanto Adrián como Cristina se sorprendieron. El hombre hizo una pausa. De inmediato comprendió lo que ella quería hacer. Así que apretó los dientes y quiso apartarla. Pero una de sus manos estaba herida. Sólo podía mover la otra.
Catalina, por su parte, le rodeó el cuello con ambos brazos. Profundizó el beso. Su dulce sabor era irresistible. Al final, Catalina pudo saborearlo, su boca sabía a sal quemada. Estaba muy salado, con un amargor quemado. Ella abrió los ojos. El instinto de su cuerpo fue soltarlo en cuanto lo probó.
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