Capítulo 53 No pienses en cosas raras la próxima vez
Catalina puso los ojos en blanco, exasperada. Pensó que podría esconderse en ese puesto hasta que la mujer se fuera, pero el plan se había arruinado. Calculando el tiempo, Catalina retomó sus cosas, se levantó y salió de su cabina en el momento en que Cristina empujó la puerta de la tercera cabina.
—Aquí estoy.
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