Capítulo 112 Nuestra hija debería parecerse a ti
«¿Qué?». El agarre de Catalina alrededor de su teléfono se tensó al instante. La residencia de los Silva era el último lugar en el que esperaba que estuviera el pendiente, ¡y mucho menos en manos de Darío! Pero… La mujer se calmó respirando hondo.
—Señor Silva, ¿cómo sé que no me está mintiendo? Ese pendiente de rubíes se perdió mucho antes de que yo pisara la residencia Silva. ¿Y ahora me dice que lo ha encontrado tirado por la casa?
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