Capítulo 329 Su gran bondad

A la entrada del quirófano, Celia estaba sentada en la silla, con las manos juntas, tenía los nervios a flor de piel porque su padre iba a ser operado. Pandora y Yolanda también habían llegado, Pandora estaba en secreto ansiosa, temiendo que, tras la operación, Caleb despertara. Si eso ocurría, todas las maldades que había cometido saldrían a la luz: las cosas que hizo a espaldas de la gente y sus encuentros secretos con su amante, también le preocupaba que se descubriera la verdad sobre el origen de su hija. Guardaba demasiados secretos, sin embargo, también apostaba por la remota posibilidad de que Caleb no recuperara la consciencia. Los médicos lo declararon en estado de muerte cerebral, por lo que las esperanzas de que despertara eran muy escasas, no entendía por qué el hospital contrataba a un neurólogo extranjero para tratar a su marido, no se había molestado en investigar los antecedentes del neurólogo, así que no se atrevía a predecir el resultado de la operación, en ese momento, una figura ansiosa se acercó apresurada desde el otro extremo del pasillo. Era Hugo, con Mateo detrás de él.