Capítulo 41 ¡Así que él es el exesposo!
—No te necesito. ¡Solo lárgate! —Celia tocó con suavidad la mitad de su rostro que había sido abofeteado, sintiendo mucho dolor.
Hugo apretó los puños con fuerza, en realidad quería dejarla sola. Sin embargo, al ver lo lastimada que lucía, con la cara hinchada y sangre goteando de la comisura de su boca, incluso perdió una zapatilla, no pudo abandonarla sin más. Entonces, abrió la puerta y vio a un miembro del personal cerca, así que lo llamó:
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