Capítulo 118 Puedo ayudar a refrescar tu memoria
En ese instante, Skylar sintió ganas de darse una bofetada en la cara por haber hecho esa pregunta. Tobías bajó las ventanillas del coche y encendió un cigarrillo. Desenfocada por la brillante chispa así como por el humo de su cigarrillo, la expresión del hombre era insondable.
—Hasta los gemidos de los gatos suenan mejor que los tuyos. Deberías aprender de ellos. —Tobías inhaló profundo antes de soplar los anillos de humo.
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