Capítulo 127 Santiago delirante
Tenía el sueño ligero. No dormía bien porque no estaba acostumbrada a la cama de madera del pueblo. Así que se despertó de inmediato cuando sintió la mirada en la oscuridad.
No podía ver lo que había allí porque estaba de espaldas. Así que escuchó con atención. Unos pasos muy ligeros caminaban alrededor, y se oían claramente en una noche tranquila como aquella. Apretó la mano bajo la manta. Luego estiró la mano y pellizcó a Serena, que dormía a su lado.
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