Capítulo 75 Ella me puede agarrar por donde quiera (2)
Apenas llegamos a la luz Rámses se volteó para escrutar mi rostro, mis brazos y mis manos; frunció su ceño y refunfuñó en francés. Yo hice lo mismo con él, pero tenía razón, la cortada de la ceja era muy pequeña y salvo algún raspón en sus nudillos se encontró perfecto.
Solo 4 personas nos esperaban en el patio, el resto se había marchado cuando Donovan anunció el fin de la fiesta. El pelirrojo había buscado el equipo de primeros auxilios y su regreso al patio coincidió con nuestra llegada, llevaba la boca partida y una inmensa sonrisa
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