Capítulo 228 Lo intenté

Esa noche, después de una jornada llena de tensiones y frustraciones, Julieta regresó a su departamento. La noche había caído, y la Ciudad de México seguía vibrando, iluminada por las luces que reflejaban la opulencia y el dinamismo de sus calles. Sin embargo, Julieta no compartía la misma calma que transmitía el paisaje desde su elegante departamento, un lugar que era más una extensión de su ego que un refugio personal. Ubicado en uno de los edificios más exclusivos de la zona, cerca del Corporativo Olimpo, su departamento se alzaba en los pisos más altos del rascacielos, un imponente bloque de cristal y acero que ofrecía vistas panorámicas de la ciudad. Al entrar, el aroma a lujosos perfumes de diseñador se mezclaba con el aroma fresco de las flores que Julieta tenía dispuestas en los rincones de la casa. En el centro del salón, una mesa de cristal rodeada de sillas de cuero blanco se erguía como el corazón de su espacio. Las paredes de color gris oscuro estaban adornadas con cuadros abstractos y esculturas de artistas contemporáneos, un reflejo de su gusto por lo moderno y exclusivo.