Capítulo 63 Esperamos que puedas unirte a nosotros

Howard apretó la mandíbula con frustración, a punto de estallar, pero una sola mirada severa de su padre lo hizo cambiar de actitud de inmediato. Se atragantó y rompió a llorar, completamente abrumado. —Sí, Dr. Wurzbeck, fui imprudente y arrogante —admitió—. Ahora lo entiendo. ¡Por favor, he reflexionado sinceramente sobre lo que hice! Ya fui a disculparme con la madre del señor Qualls y devolví los cinco millones. Dr. Wurzbeck, usted es reconocido en todas partes por su habilidad—le ruego, por favor, repare mi pierna. ¡No quiero pasar el resto de mi vida atado a una silla de ruedas!