Capítulo 9 ¿En qué momento me permití sentir esto por ella?
De todas las diversas reuniones y obligaciones que tuvo durante la semana, realizar las entrevistas personalmente a las posibles candidatas como asistente personal para Delclaux fue, tal vez, lo más agradable que hizo. Hoy, sin embargo, tenía que elegir a una de entre las 20 mujeres que entrevistó y no, no era exactamente una tarea agradable. Le resultaba un tanto difícil seleccionar a una sola y estaba mal que se sintiera una mala persona por no poder dar el puesto a todas. Pese a esa parte desagradable de las entrevistas, no podía negar que hubo una parte de sí que se sintió bien al interactuar con personas ajenas a su entorno y a la empresa. Sabía que en parte se debía a la nostalgia de ver a una generación más nueva y más joven de personas ansiosas de nutrirse con nuevas experiencias en un mundo laboral competitivo. Él no había tenido esa experiencia y nunca la tendría. Su tiempo había pasado y, ciertamente, jamás necesitó buscar un empleo. Había nacido, como dice el dicho, en cuna de oro.
Miró y leyó ceñudo el último curriculum. Nayla Campbell había laborado hasta hace un mes atrás en Carcesorios, una empresa de autopartes, como secretaria ejecutiva de Stefan Abbey. No conocía personalmente a Stefan, pero sí estaba informado sobre el éxito de la empresa del hombre. En las dos entrevistas anteriores, Nayla demostró tener bastante temple y esa fue la principal razón por la que la eligió para una última entrevista, pero lo cierto era que tenía que indagar más sobre la razón por la que había renunciado a su anterior empleo.
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