No supo cuánto tiempo estuvo con la mirada perdida mientras sus pensamientos continuaban enredándose entre sí. Sentía su cabeza a punto de estallar y soltó un gemido lastimero cuando una punzada le atravesó las sienes.
—¿Andrew? —Cerró los ojos por unos segundos… Su asistente seguía en la casa—. ¿Estás…?
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