Capítulo 3 Cambio de planes

Dejó el teléfono sobre el escritorio y se quitó el auricular, guardándolo dentro del cajón. No quería que su jefe la viera hablando por teléfono mientras hacía su trabajo, bueno, algo así. En los dos años que llevaba laborando como asistente personal del CEO Tanner, no creía haber visto al hombre entrar a la oficina con un aspecto menos que perfecto. Su traje de tres piezas siempre era distinto y siempre combinaba la corbata con el color de sus zapatos. El cabello pulcramente peinado hacia atrás y ese toque de plata en las patillas y sienes le daban un aire de hombre experimentado y sabio. Dios, su jefe era un hombre demasiado guapo y caliente como el infierno para estar casi llegando a los 45 años. Se mantenía en forma y si bien su rostro estaba dando los primeros signos del paso de los años, para ella él era el hombre más guapo y viril que había conocido hasta ahora. —Buenos días, señor —espetó, su tono de voz gentil y su mirada cálida. Él la miró y no pasó desapercibido, para ella, las comisuras de los labios apenas curvados hacia arriba, en una diminuta sonrisa. —Buenos días, Johari. ¿Alguna novedad? Ella asintió y giró el monitor de la computadora en torno a su jefe, mostrando las ventanas con la bandeja de correos electrónicos y las dos reuniones programadas del día. —Sí, señor —replicó, señalando la pantalla—. Como verá, ya le mandé los correos importantes. Además, le hice un recordatorio de las dos reuniones. La primera es a las diez con el vicepresidente, el señor Delclaux. La otra está programada para las trece horas con el CEO Bianchi. Le hice una reservación en el restaurante Seven Park Place para las doce y media. —No se perdió del cambio en la mirada de su jefe cuando nombró al vicepresidente de la empresa. Ella sabía que había cosas que a su jefe no le agradaban mucho del empresario Delclaux, pero nunca hizo algún comentario al respecto. —Programa la reunión con Delclaux para mañana. No tengo ánimos de… —No, señor, eso será imposible —interrumpió, entrecerrando los ojos en torno a su jefe—. Lo he estado haciendo desde hace más de dos semanas. Ya no me quedan excusas para posponer la reunión. —Bueno, inventa algo —sugirió su jefe, como si nada—. No sé, algo ingenioso, como que tengo la agenda muy ocupada con posibles nuevos inversionistas. —Señor —enfatizó, haciendo que su jefe soltara un extenso suspiro. —Estoy bastante seguro de que algo se te ocurrirá. —Señor, es en serio —insistió ella. —Johari, eres una persona muy capaz y eficiente, y estoy muy seguro de que puedes hacer un hueco en los horarios para la próxima semana. —Ella volvió a entrecerrar los ojos—. Y puede que tengas esta reservación en este restaurante de comida japonesa que tanto te gusta. Puedes llevar a tu amiga. Ella, en serio, hizo todo lo posible por no parecer demasiado complacida o presumida por el halago. A pesar de todos los cretinos e imbéciles con complejos de superioridad y un completo amor por el abuso de poder con los que ella se había enfrentado en anteriores trabajos, le complació descubrir que todavía había hombres como el CEO Tanner. Su jefe era un buen hombre, un poco demasiado remilgado, en su opinión personal, pero un hombre que creía en hacer lo correcto por cada persona bajo su mando, hombres y mujeres por igual, y no era tímido ni con un cumplido ni con una crítica cuando tenía que ofrecer a cualquier persona. Su jefe siempre estaba al pendiente de todos los empleados de la compañía, no importaba en qué puesto laboraban las personas, él se encargaba de estar allí por cualquier cosa que sucediera. —Sabe que esto que está haciendo es chantaje, ¿cierto? —preguntó, arqueando una ceja. —En lo absoluto —imperó su jefe—. La reservación es para esta noche. No olvides confirmar. Ella realmente contuvo el impulso de contradecirlo, pero cuando quiso hacerlo, él ya había comenzado a caminar hacia su despacho. Bueno, al menos podría cenar en ese restaurante y disfrutar de una buena comida. Además, no le vendría mal distraerse un poco porque, Dios, cada día le costaba más trabajo contenerse de mirar a su jefe como el hombre que era y no solo como su empleador. Esperó hasta que su jefe entrara a la oficina y, posteriormente, buscó su teléfono y marcó el número de su mejor amiga. —Justo estaba haciéndome un perfil en esta página para citas. —¿En serio, Oriana? —preguntó, negando con la cabeza—. A veces creo que eres de esas chicas que no pueden estar sin un hombre alrededor. —Me declaro totalmente culpable por ser dependiente de un buen polvo ocasional. —Y tuvo que reír ante las cosas que decía su mejor amiga—. Entonces, ¿qué tal el jefe papi? ¿Ya hiciste ojitos de enamorada y le has dicho que quieres jugar a la secretaria sumisa? —Y yo que te llamaba para decirte que esta noche tengo reservación en Shoryu Soho y tenía pensado invitarte porque la reservación es para dos personas —profirió, viendo un nuevo correo electrónico en la bandeja de entrada—. Pero ahora que lo pienso, creo que iré sola y disfrutaré de toda esa deliciosa comida japonesa y de… —Bien, bien, lo siento. —Rió mentalmente mientras abría el nuevo correo—. Aguarda, ¿cómo has conseguido una reservación si es…? —Oriana hizo una pausa y ella intuyó que su amiga dedujo todo—. Oh, así que lo hizo de nuevo, eh. —En efecto. Dios, él es tan… —calló, viendo de soslayo a una persona salir del ascensor—. Oriana, tengo que colgar. Te mandaré un mensaje más tarde para confirmarte el horario… —La persona se acercaba cada vez un poco más… —. Sí, señor, se lo haré saber en cuanto el señor Tanner libere un poco su agenda. —La risa de Oriana atiborró su tímpano mientras balbuceaba algo como «te han pillado»—. Muy bien, señor. Hasta pronto. —Buenos días, Johari —enunció el hombre imponente cuando estuvo frente al enorme escritorio. —Buenos días, señor Delclaux —saludó, esbozando una sonrisa de cortesía—. ¿En qué puedo ayu…? —Oh, tú puedes seguir en lo tuyo —espetó el hombre, girando en torno a la oficina de su jefe—. Iré a ver a Andrew. —Señor, la reunión está programada para las diez —informó mientras se ponía de pie—. ¿No le ha llegado la notificación por correo, señor? —Sí, pero tengo tiempo libre ahora. Atónita, miró como el hombre llegaba hasta la puerta de la oficina y, rápidamente, manoteó su teléfono. «Cambios de planes. El señor Delclaux está aquí y entrará a su oficina», tecleó velozmente el mensaje de texto y lo envió, rogando mentalmente porque a su jefe no le diera algo.
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Índice
Capítulo 1 Prefacio Capítulo 2 Rutina Capítulo 3 Cambio de planes Capítulo 4 Préstame a tu asistente Capítulo 5 Necesito compañía urgentemente Capítulo 6 La conversación Capítulo 7 El almuerzo Capítulo 8 Fantasías Capítulo 9 ¿En qué momento me permití sentir esto por ella? Capítulo 10 Cosas que me gustaría saber Capítulo 11 El vídeo appCapítulo 12 El correo electrónico "borrado" appCapítulo 13 El mensaje appCapítulo 14 Alessandra appCapítulo 15 Agotamiento appCapítulo 16 Bochorno appCapítulo 17 El licor appCapítulo 18 Gran problema appCapítulo 19 ¿Qué hará, señor? appCapítulo 20 No quiero enamorarme de ella appCapítulo 21 El plan appCapítulo 22 La camarera appCapítulo 23 Un buen amigo appCapítulo 24 Dante appCapítulo 25 Fin de semana angustioso appCapítulo 26 La unidad de memoria appCapítulo 27 Reuniones en un mal día appCapítulo 28 Lujos de detalles appCapítulo 29 Un gran problema en la entrepierna appCapítulo 30 ¿Enamorarse? no, eso nunca appCapítulo 31 Kiwi appCapítulo 32 La invitación appCapítulo 33 Quince año de amistad appCapítulo 34 Luciano: el vicepresidente appCapítulo 35 Tenemos un problema appCapítulo 36 No hay marcha atrás appCapítulo 37 Una noche bastante distinta appCapítulo 38 Una cosa a la vez appCapítulo 39 Un hombre atarctivo, apuesto, varonil y viril appCapítulo 40 Una excusa maravillosa appCapítulo 41 Después de la cena appCapítulo 42 Tensión appCapítulo 43 Atracción y deseo appCapítulo 44 No viste eso en el vídeo appCapítulo 45 Pasión y lujuria appCapítulo 46 Paraíso appCapítulo 47 Todo normal appCapítulo 48 Mariposas en el estómago appCapítulo 49 El jefe atractivo appCapítulo 50 Un "pero" en alguna parte appCapítulo 51 Incomodidad appCapítulo 52 El cumpleaños del jefe appCapítulo 53 Soñar con alguien real appCapítulo 54 Lujuria entre el jefe y la asistente appCapítulo 55 La (no) grata sorpresa appCapítulo 56 Esto no está pasando, ¿cierto? appCapítulo 57 Quiero estar solo appCapítulo 58 Maraña de confusión appCapítulo 59 ¿Qué es un sugar daddy? appCapítulo 60 La sensual compañía de su asistente appCapítulo 61 ¿Estás lista para esto? appCapítulo 62 Falta de respeto appCapítulo 63 Ni por un segundo appCapítulo 64 No son celos appCapítulo 65 Estoy jodido appCapítulo 66 Amenazado y chantajeado appCapítulo 67 Destitución del cargo del vicepresidente appCapítulo 68 La verdad salió a la luz appCapítulo 69 Muy cierto y real appCapítulo 70 Miserable appCapítulo 71 Tiempo para sí mismo appCapítulo 72 La renuncia appCapítulo 73 Vida profesional y vida personal appCapítulo 74 A la mierda todo appCapítulo 75 Estoy enamorado appCapítulo 76 El resumen appCapítulo 77 Traicionado appCapítulo 78 Más mandón appCapítulo 79 Desde el principio appCapítulo 80 No te juzgaré appCapítulo 81 Sinceridad appCapítulo 82 Enojo y dolor appCapítulo 83 Jefe y asistente appCapítulo 84 La propuesta appCapítulo 85 Bienestar sentimental appCapítulo 86 El colibrí de la empresa appCapítulo 87 La invitación a cenar appCapítulo 88 Caos y desorden appCapítulo 89 Juego de hermanos appCapítulo 90 Grumpy bear appCapítulo 91 Irrevocablemente enamorado appCapítulo 92 La familia de mi hermano appCapítulo 93 Mi novia appCapítulo 94 Tragos, ejercicios y risas appCapítulo 95 Dilemas appCapítulo 96 Humo y espejos appCapítulo 97 Un momento con mi novia appCapítulo 98 Máscara profesional appCapítulo 99 Gracias por el sabio consejo, hermano appCapítulo 100 No necesito a mi asistente, necesito a mi novia appCapítulo 101 El amor hace cosas extrañas en las personas appCapítulo 102 Quiero que me llames daddy appCapítulo 103 Daddy, ¿quieres un espectáculo? appCapítulo 104 Daddy, he sido muy mala chica appCapítulo 105 ¿Sugar daddy o amor verdadero? appCapítulo 106 Despedida de soltero appCapítulo 107 &Ilegal: soy el sugar daddy de mi asistente appCapítulo 108 Epílogo app
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