Capítulo 33 Medidas desesperadas
Tres semanas después
Helmut se había tomado en serio lo de beber un poco de licor fuera de nuestros castillos, porque después de haberme mejorado hace tres días, mandó a construir una casa de madera donde se aseguró que ninguna leve brisa fría me enfermara y que los muebles que estuvieran en el interior, fueran cómodos para mí.
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