Capítulo 178 Calmarse y consolar
Sentía que el reloj de arena que me mostraba que me quedaba poco tiempo con Aitana, había quedado sin tiempo de un momento a otro y todo era por culpa de alguien. Por lo que, corro hacia las personas que intentan huir de mí.
Viendo como corren, el deseo de cazar se apodera de mí y yo corro transformándome en el lobo que nunca pierde una presa. La bestia que aparecía cuando la maldición causaba que solo viera a mi presa para asesinarla.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread